miércoles, 21 de diciembre de 2011

Y ahora, tú.

Soy deudor de explicaciones absurdas.
Ilógicas respuestas a preguntas de ¿por qué?
Sentimientos divididos en sectores; tristes y bellos.
Paradojas del destino que me hizo volver a perder.

Entender estos enigmas que se presentan se hace difícil,
y perecer entre tu olvido nunca sonó tan bien.
Ser un despojo en manos de un bufón un tanto aburrido,
lo divertido ésta vez sería verte volver.

Somos estúpidos y no por eso, nos perdemos entre aquellos cuentos.
Somos lo que siempre quisimos ser, y de nuevo, volvimos a caer.
La reciprocidad está mal vista cuando se trata de querer.
Ya soy tan sólo un funambulista, que desde la cuerda te ve crecer.

Vuelvo a reaccionar, a parar, a dar la vuelta a mi universo.
Me vuelvo a cansar, vuelvo a crear coartadas contra mi tiempo.
Vuelvo a restaurar ese corazón frío y gélido.
Volveré a parar para descansar sobre mis cimientos;
y ahora tú… ahora veo como te marchas.

Y ahora tú, ahora veo como no descansas.
Y machacas mis mañanas con llamadas un tanto impertinentes.
Apareces por las noches como luces intermitentes y,
siendo realistas, te pierdo de vista y…

Entender tus contradicciones nunca ha sido tan sencillo.
No tengo nada mejor, y no por eso me siento distinto.
Ya no seré tu campeón, pero, tú ya no serás mi alivio.
Si debo considerar tu adiós… el invierno no es tan frío.
Y ahora, tú…


domingo, 18 de diciembre de 2011

Final famélico.

Mil latidos por silencio.
Unas pupilas que rodean sombras que no están.
Manos que resbalan todo lo que intentan tocar.
Aire que se escapa de tu boca mientras esperas en la calle.

Temo a tu corazón más que a mis latigazos.
Me da pánico sentir el sol desde tu piel.
Siento que me muero dentro si no hago algo estúpido.
Tengo la extraña sensación de volver a caer.

A penas son las dos, y aún me consumo dentro.
Siento que esta vida pasa algo veloz, y que me puede el miedo.
Me pides una explicación, yo parezco estar mintiendo.
Al decirte un desolador; no te comprendo.

Luchar con el despertador para seguir durmiendo,
desaparecer por el reloj, que me consuma el tiempo.
Hoy no consigo entender el guión, hoy me puede el tedio.
Quizá soy un tanto precoz, pero no resisto tu invierno.

No entiendo esta situación, en la que parece que aún te estás riendo.
Y en el cristal queda el vapor, cenizas para el infierno.
No comprendo esta sin razón, me quema tu aliento.
No consigo seguir el guión, creo que me estoy perdiendo.

Es tan encarnizada esta batalla… no sé quién va ganando.
Un intercambio de golpes sin compasión, que nos está asfixiando.
Duele tanto esta hinchazón, nuestro corazón asmático.
Mirar dentro de tu habitación, y ver el mismo cuadrilátero.

Puede que prosiga el show, puede que te esté mintiendo.
Que no encuentre la razón que me haga seguir viviendo.
Puede que hoy el perdón, se base en sernos sinceros.
Dicen que este dolor, lo acabará arrastrando el viento.

Vamos a quebrar la voz, que se intimide el viento.
Olvidemos la compasión, que el instinto sea el tintero.
Dentro de esta sin razón nos está machacando el tiempo.
Terminemos esta relación que nos lleva a un fin famélico...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Eres mi excusa perfecta.

A veces soy respuesta para una pregunta inútil,
a veces soy la pregunta que te hace temblar.
Quiero correr mientras el resto camina, el sol me mina.
Me miran de reojo, y de mi todo te vuelvo a restar.

Somos una relación entre fantamas, eres tan genial y yo tan distante.
Un rayo fulminante que me mata al alba, eso es tu adiós,
ese es mi drama. Soy pregunta sin solución, soy sol por la mañana.
Soy la llamada que esperas, soy la mirada que se aparta.

A veces puedo intentar odiar esta realidad,
a veces puedo creer que nada va tan mal.
Puedo imaginar que tu cielo se podrá derretir,
podemos dibujar un mundo de mentiras sin fin.

Quiero trazar un plan que nos destruya, que nos distinga.
Puedo ser el causante de esa lágrima que atraviesa tu mejilla.
Puedo adorarte, puedo humillarte, puedo hacer que todo el mundo se adelante.
Quiero torturarme, quiero destruirme, quiero contarte que soy todo, y algo más.

Y el tiempo corre lento en esta esfera, en este corazón de piedra.
Si tu queroseno ya no me llena, tendré que ser el fuego que nos quema.
Puedo ser principio y final en esta relación, puedo ser sonrisa, puedo ser desilusión.
Soy tan raro, tan extraño, tan perfecto dentro de mi perfección...
sólo soy un iluso al que el tiempo derribó.
Y tú eres mi princesa, mi boca de fresa, la lluvia que cesa...
en mi tremenda locura, eres mi excusa perfecta.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Amar.

Dicen que el amor es algo de dos, y hoy no estoy de acuerdo.
El cariño se comparte, la pasión se goza... el amor se sufre.
Se sufre, porque si no duele no es amor.
Porque si nunca has llorado por alguien, no sabes lo que es amar.

No sabes lo que es rodar en tu cama buscando una explicación a mil porqués,
una noche de infarto en el que su corazón no es tuyo,
conformarte con un simple; es sólo sexo.
Y vivir, anclado a una mentira que tu mente crea, a una fotografía ficticia,
que algún día será real, sí, pero ni con él, ni con ella.

Y sufrir solo, hacer que el dolor sea tu fibia y tu fobia a la vez.
En eso consiste amar, en luchar por un imposible, en saber anteponerlo
todo a ti. En no ser egoísta, al fin y al cabo, en lo que inculcó el Señor.
Mirar su fotografía, y notar como algo dentro de ti se destruye,
y un universo de nuevas fantasías se crea a la vez.

Hacer el tiempo lento a su lado, y aún en la distancia,
parar el tiempo si es con ella, o con él. Eso es amar.
Y el amor, señores, ni se compra ni se vende, ¿verdad Selu?
El amar es algo más que una simple noche, es algo más que un simple día,
una conversación curiosa o un café al atardecer.

Los pequeños detalles lo mecen, pero el amor es algo de toda una vida.
Y duele, no veas que si duele...
Ama, hasta que amar sea tu fobia y tu fibia.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Todo está mal.

Cuanto desorden inordenable, mientras me ordenas parar.
Miro a tus ojos, buscando la próxima estación, y entiendo mi error.
Y así quedamos, durante media hora en silencio,
disfrutando del tedio que nos consume; todo está mal, todo ha muerto.

Me dices de escapar a algún lugar alejado, de salir de casa.
Yo aún no me he levantado de la cama, y tú ya te has vestido.
Tú siempre tan rápida, siempre tan delante de mí.
Y miro por la ventana buscando ese suspiro que se escapa.

No logro comprender que cuerdas me atan, o que cuerdos me desatarán.
Intento decirte que hay más fantasmas en mi pasado, que gente en mi presente,
pero no me escuchas, sólo bailas, sólo corres por las calles… no puedo seguirte.
Todo está bien de nuevo, todo se ha arreglado.

Y yo te observo, marchito, desde un café que se ha quedado frío.
Y tú me hablas de un viaje, y yo te digo que es muy caro…
tú me dices que me calle, que sueñe de vez en cuando, que soy tan lógico…
yo te digo que no puedo cambiar, y te vas del bar: todo está mal de nuevo, todo ha...

Cuando se apaguen las luces.

Cuando se apaguen las luces, cuando todo esté a oscuras.
Cuando seamos presas del silencio, y la noche nos encierre.
Cuando deje de sonar esa gramola, cuando el tiempo pare curioso.
Cuando muera esta desidia, cuando la luz se aleje.

Es entonces cuando recuerdo tu mirada entre las sombras;
una nota y un reproche, un abrazo que se va.
Esta oscuridad me arropa, ¿no la sientes?
Es tan cálida que podría quedarme dormido en ella.

Cuando se apaguen las luces, cuando comience mi delirio.
Cuando mis ganas de volar se quemen, y mis alas se atolondren.
Cuando deje de sonar esa gramola, cuando el tiempo se confunda.
Es entonces, cuando sabré que hemos perdido.

Que ya no somos los mismos, ni lo es el aire, ni lo es la música.
Miraré al horizonte y encontraré tu espalda, tersa y mía, alejada…
Cuando se apaguen las luces, caerá con ellas mi palabra, y mis ganas, y mi alma.
La oscuridad que nos ampara, también nos besará.

Que el tiempo pasa veloz y estoy quemando mi juventud.
Que ni España es la misma, ni lo eres tú y,
que hay días en los que no me encuentro bien, en lo que no soy yo.
Cuando apaguen las luces, no volveremos a encontrarnos…
rezo, lloro, imploro y maldigo ese día, en el que todo cambió.
Pues ya nada es lo que era, mientras espero a esta primavera sentado,
maniatado en mi cuarto, lento y torpe, quebrado como un verso, frío como el hielo…

jueves, 1 de diciembre de 2011

Desescribir.

Desescribir no tenía porqué ser corregir, ni porqué pensar,
ni pesarme este momento, ni hacer infinita a la realidad.
Mira desde arriba, ¿cómo lo ves? Redesescribir es lo que quieras,
siempre que lo hagas bien, siempre que te duela.

Tejiendo compases de olvido, creando mágicos instantes,
melodías muertas y algún que otro soneto de amor: desescribo el resto.
Trazo para atrás mis pasos, desencajo el ayer en este presente.
Redemuestro que este sentimiento no entiende de límites, y así me caigo.

Así pasaron los días, redesescritos, rompiendo la monotonía,
transformando en rutina la sorpresa; así pasé.
Avancé con paso lento e inseguro, fui un niño, y dibujando familias crecí.
No redesescribí hasta que no me sentí preparado, listo... más maduro.

Este invierno quiere que así sea, que los vendavales me mezan entre el infortunio,
que el ayer se olvide para dar paso a un antes de ayer.
Empezar de cero no es redesescribir, sí lo es avanzar, si lo es mejorar.
Quizás el tiempo llore, quizá mis pies se caigan, mientras yo desescribo los versos que te dediqué...